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¡Corta, corta, cariño!

Los viernes en el Centro Juvenil del Centro LGBT de Los Ángeles han sido bautizados como “Viernes de pizza” gracias a la generosidad del restaurante de Beverly Grove, Bobby’s Pizzeria. En asociación con Shrine Trust desde 2020, la pizzería ha donado cientos de pizzas para ayudar a alimentar a los jóvenes LGBTQ+.

“Los jóvenes hacen cola literalmente cada viernes para conseguir su porción favorita”, afirma Orville Ranglin, Supervisor del Programa de Servicios a la Juventud. “Es una forma divertida de reunirnos y ayudar a alimentar a los jóvenes, muchos de los cuales no tienen vivienda o carecen de cuidador. Y es un bonito regalo para nuestro personal, que trabaja tan duro para atenderlos.”

El Centro Juvenil recibe cada semana 15 pizzas variadas, incluidas opciones vegetarianas y veganas. Bobby Alt, propietario de Bobby’s Pizzeria, suele repartir él mismo las tartas.

“Cada vez que hago una entrega, todo el mundo nos aprecia y se emociona al vernos”, afirma Alt. “Es agradable ver personalmente que tiene un impacto. El Centro hace mucho por estos niños, pero los últimos años han sido difíciles para todos nosotros. Así que, si puedo ayudar a poner una sonrisa en la cara de la gente y hacer que su semana sea un poco mejor, eso me hace muy feliz.”

El viernes de pizza es siempre uno de los momentos culminantes de la semana para nuestros socios; en cuanto llega la hora de comer, hacen cola para preguntar cuándo llegan las pizzas”.

Defensor de los jóvenes Sam Martin

Además de regentar su restaurante, Alt también actúa como batería con su banda Street Drum Corps. Antes de la pandemia, el grupo retribuía a la comunidad actuando en actos benéficos y otros eventos de la ciudad.

“Siempre quiero hacer algo que inspire a los niños y les dé un poco de emoción”, dijo Alt.

La hija de Alt, de siete años, le acompaña a menudo en las entregas, lo que le da la oportunidad de ver de primera mano parte del trabajo que realiza el Centro y el impacto que ese trabajo tiene en las vidas de los jóvenes locales.

“Siempre hace preguntas sobre los niños y el Centro”, dice Alt. “Ve a algunos de estos niños que han sido desplazados sólo por ser quienes son, y no se lo puede creer. Espero que esto le enseñe lo importante que es mostrar compasión y devolver algo a la comunidad”.

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